SUGAR-FREE & LOW-CARB: SALUD DE VERDAD

Aprovechamos que es 7 de abril, Día Internacional de la Salud, para contarte por qué es tan importante llevar un estilo de vida saludable. Según el modelo Dahlgren y Whitehead, que determina los niveles de salud individual y poblacional definidos por las condiciones económicas, culturales y medioambientales, los síntomas de una vida saludable son muy diversos. 

Entre estos factores se encuentra, sin duda, la alimentación, que muchas veces pasamos por alto debido a la falta de tiempo o de información. Por lo general, no es habitual llevar una alimentación consciente ya que las compras en los supermercados se suelen hacer con prisas y sin leer etiquetas, las cuales contienen información muy valiosa para el consumidor.

A veces, problemas cotidianos relacionados con la digestión o con la falta de energía, pueden ser una de las consecuencias de comer productos con ciertos componentes que nuestro cuerpo no tolera con normalidad.

A continuación, vamos a tratar en profundidad seis grandes grupos de personas que mejoran su salud y alcanzan sus objetivos de bienestar reduciendo la ingesta de azúcares y carbohidratos, una premisa que, en general, nos beneficia a todos. 

Personas diabéticas

Las personas que padecen diabetes tienen que cuidar mucho su alimentación, ingiriendo alimentos que tengan un índice glucémico bajo.

El organismo de estas personas no procesa, de manera eficiente, el azúcar en sangre. Es lo que se llama comunmente "resistencia a la insulina", pues esta hormona pierde la capacidad de gestionar la glucosa y esto lleva a una acumulación de glucosa en sangre, lo cual es muy peligroso para el organismo.

Una alternativa para lidiar con esta sintomatología es ingerir más grasas que hidratos de carbono. Las grasas saludables, al ser saciantes, ayudan en este caso a reducir los picos de glucosa en sangre y generan niveles de energía mucho más estables. Además, el hecho de comer bajo en carbos y alimentos con bajo índice glucémico como los de Impossible Bakers facilita el día a día de la gente que padece diabetes porque les libera de estar midiendo sus niveles de glucosa constantemente. 

Personas celíacas: 

Los celíacos padecen intolerancia al gluten, la proteína que contienen la mayoría de los cereales y harinas que se venden en el mercado. Si ingieren productos que lo contienen de manera recurrente, pueden acabar desgastando el revestimiento de su intestino delgado, que a la larga no dejará absorber los nutrientes en condiciones.

Hay personas que al consumir gluten pueden sufrir síntomas similares a los que sufren los celíacos, sin necesidad de que su intestino se vea afectado. Estos síntomas pueden ir desde dolor abdominal, hinchazón, diarreas, estreñimientos, o hasta dificultad de concentración, dolores de cabeza y erupciones cutáneas.

Para tratar ambos casos se recurre a una alimentación que evite cualquier tipo de comida que contenga trigo, cebada, centeno, espelta y triticale (un derivado del trigo y del centeno). El mundo de la repostería en general incluye, en su mayoría, harinas que provienen de este tipo de cereales, cosa que limita mucho al colectivo celíaco. Es por ello que colectivo celíaco debe recurrir a productos alternativos hechos sin estos cereales. En la mayoría de los casos, estas alternativas están llenas de almidones o son ultraprocesados. La mejor opción para los celíacos que quieran evitar inflamación es buscar productos que se elaboren con harinas de frutos secos o semillas, como es el caso de la harina de almendra, de coco o de lino.

Personas que quieran perder peso

Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de los productos que encontramos en los supermercados están repletos de azúcar. El consumo constante de este tipo de productos nos lleva a depender cada vez más del estímulo que genera el azúcar en nuestro organismo, llevándonos, en muchos casos, a la adicción al azúcar. Esto hará inevitable que acabemos ganando peso.

Además, el consumo excesivo de azúcar puede provocar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial e, entre otras. Además de reducir la esperanza de vida, tiene efectos neurodegenerativos e incluso puede dificultar la recuperación de la Covid-19.  Este es un problema de salud pública, ya que más de 2,8 millones de personas en el mundo mueren por esta patología. 

Cambiar a una dieta low-carb o cetogénica (keto) donde las grasas saludables sean las protagonistas, puede ser una gran aliada. Los últimos estudios realizados por Cambridge University demuestran que las personas que no restringen las grasas acababan adelgazando más que aquellas que sí las restringen, además de haber mejorado su salud cardiovascular. 

Las grasas saludables ayudan a la saciedad, dado que alargan las digestiones y nos llenan de nutrientes esenciales como el omegas 3. En resumen, una dieta low-carb alta en grasas saludables puede proporcionarnos una pérdida de peso y resultados duraderos. Será muy importante hidratarnos correctamente si decidimos llevar este tipo de dieta.

Personas con molestias o inflamación digestivas 

Los problemas digestivos son mucho más comunes de lo que creemos. Entre el 15 y el 20% de los españoles sufre molestias digestivas después de comer. En estos casos, nos podemos beneficiar también de dietas low-carb. Algunas personas que sufren de enfermedades autoinmunes, como el síndrome del intestino irritable (SII), reducen al máximo las fuentes de carbohidratos, llenos de azúcares, porque son las que alimentan la cándida intestinal. Esto provoca inflamaciones muy dolorosas. 

Las molestias digestivas están muy normalizadas y poco se habla de esta problemática. El intestino es el segundo cerebro y alimentarlo de manera correcta, según nuestras necesidades, nos va a aportar bienestar generalizado. Las funciones de nuestro estómago no se quedan exclusivamente en hacer la digestión, sino que tiene una conexión directa con nuestro sistema nervioso central y autónomo.

Si olvidamos la importancia de una buena alimentación, la microbiota que existe en nuestro aparato digestivo puede verse alterada. Estas bacterias son las encargadas de nuestro sistema inmune, de las respuestas inflamatorias o de nuestro metabolismo, entre otras cosas.  

Recomendamos evitar los alimentos ultraprocesados para que nuestro sistema digestivo empieza a relajarse, experimentando beneficios tanto en nuestro humor como en nuestra energía. La industria alimentaria utiliza un exceso de aditivos y de edulcorantes para potenciar sabores, como son el maltitol, el aspartamo, acesulfamo K... y otros aditivos como el glutamato monosódico que alteran nuestro sistema digestivo, entre otras cosas. Eso no significa que haya que renunciar al placer, ya que existen alternativas sin azúcares añadido que permiten disfrutar de un dulce saludable sin efectos secundarios en el sistema digestivo. 

Niños y salud infantil

De la misma forma que nos cuidamos como adultos, hay que inculcar esos valores nutricionales saludables a los más pequeños. Así, cuando sean mayores, no tendrán ninguna dificultad para adoptar hábitos que beneficien a su salud.

Como progenitores, es normal que queramos que nuestros hijos no solo se alimenten bien, sino que también disfruten comiendo. Inevitablemente, podemos caer en la tentación de comprar una bollería industrial que les haga felices de manera momentánea, pero, a la larga, será perjudicial para ellos. Si su paladar se acostumbra a ese sabor intenso, cada vez les resultará más difícil alejarse de este tipo de dulces, ya que se volverán cada vez más adictos a la conexión emocional que nace de comer dulces ultraprocesados. 

Así que te animamos a que, cada vez que hagas la compra, revises qué tipo de snacks eliges para tus hijos. Una buena herramienta es consultar la tabla nutricional y el listado de ingredientes. Huye de todo aquello que contenga cualquier tipo de azúcar añadido, aceites oxidativos (palma, girasol, colza...) o demasiados números “E”. Ten cuidado con los productos endulzados con dátiles, miel, plátano, pasas... ya que son altos en fructosa y tienen los mismos efectos en nuestro organismo como el azúcar, por lo que la adicción al azúcar puede seguir presente en estos casos.

Deportistas

La nutrición deportiva busca que el macronutriente principal sea la proteína, ya que hace mantener y crecer el músculo, de ahí que los deportistas la prioricen. En el proceso de hipertrofia, para ganar músculos, es importante comer suficiente proteína. Así nuestros esfuerzos en el gimnasio no serán en vano. En la misma medida, si nos dedicamos a realizar trabajo cardiovascular, lo más probable es que nos quedemos sin las reservas principales de energía procedentes de los carbos (si es ésta nuestra dieta) y que empecemos a consumir energía de nuestro músculo. 

Dejando a un lado el mundo fitness, una dieta rica en proteínas también será beneficiosa a otros niveles no deportivos, ya que no nos dejará perder masa muscular. 

 Actualmente muchos productos altos en proteína utilizan el "gluten" como ingrediente principal. El gluten no solo es inflamatorio, sino que además, es una proteína de baja absorción. Hay que buscar proteínas de alta calidad, como el whey isolate (proteína de suero aislada), la caseína o la clara de huevo, ingredientes que utilizamos en las elaboraciones de Impossible Bakers.

Tomar conciencia de nuestra alimentación es, sin duda, el primer paso para cuidar y mejorar nuestra salud. ¿Te unes al reto?